miércoles, 5 de febrero de 2014

Cómo fotografiar el agua en movimiento


El agua es uno de los elementos más importantes de la naturaleza y también de los más fotografiados. Da mucho juego porque podemos congelarla en el tiempo o capturar su movimiento para que se vea con efecto seda, pero ¿sabes cómo hacer esto último? Es uno de los primeros retos a los que se quieren enfrentar todos aquellos que se introducen en el mundo de la fotografía y no es tan difícil si sigues una serie de trucos. 


1. El secreto: una velocidad de obturación baja

El secreto de las fotografías en las que el agua se ve con efecto seda está en utilizar una velocidad de obturación baja. Si ponemos una velocidad alta, vamos a congelar el movimiento, pero con una velocidad baja veremos la textura suave que se genera con el fluir del agua. La velocidad óptima, normalmente gira en torno a 1 segundo o más, pero también depende de nuestro gusto personal.

2. El trípode: compañero esencial

Si vamos a utilizar una velocidad de obturación baja, será imprescindible un trípode sobre el que colocar la cámara para que la imagen nos salga perfecta. Pero no nos va a servir cualquier trípode, vamos a necesitar uno que sea alto (para que la cámara no se moje y para alejarla así de la humedad)

3. Diafragma cerrado

Al utilizar una velocidad de obturación baja, debemos cerrar al máximo el diafragma. Esto nos dará una mayor profundidad de campo (ideal para fotografiar paisajes), ayudará a captar los detalles de la escena y evitará una sobrexposición por la obturación lenta.

4. Sensibilidad ISO baja

Con una velocidad de obturación baja y un diafragma cerrado, la sensibilidad ISO ideal es una baja para conseguir mayor nitidez y evitar la sobrexposición.

5. La luz, mejor suave

Para poder mantener los ajustes que queremos poner en nuestra cámar, la luz que más nos conviene es una difusa y con pocos contrastes. Así que olvídate de conseguir este efecto haciendo fotos a plena luz del días: lo mejor es hacerlo en días nublados, al amanecer o al atardecer. 

6. Filtro de densidad neutra o polarizador

Por si no tuviéramos bastante con todos los ajustes anteriores, también se puede utilizar un filtro de densidad neutra para limitar la cantidad de luz que llega al objetivo. Este filtro no afecta en absoluto al color o nitidez de la imagen, sólo tendríamos que abrir más el diafragma o bajar l
a velocidad de obturación para compensar.

También está la opción de usar un filtro polarizador para reducir los reflejos del sol en el agua y conseguir colores más acentuados. Recuerda que este efecto se acentúa más si el sol se encuentra a 90 grados del filtro.

Antes de realizar todos estos pasos, debes haber buscado un lugar que te permita poner en práctica todos estos consejos y donde el agua fluya con fuerza y haga la espuma que luego se transformará en un halo blanco en nuestras fotos. Puedes ir a cascadas, caídas de agua desde gran altura, ríos o incluso a la orilla del mar; y no te olvides de incluir otros elementos que pongan en contexto el agua, como piedras, árboles, etc. ¡En la variedad está el gusto!
Ya hemos explicado cómo fotografiar el agua en movimiento, pero la mejor forma de que lo consigas y te salga bien es... practicando. ¡Mucha suerte!

Fuente de información: www.redfoto.com

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